No es por pista pero casi.
Villarín, en el lejano oeste de Asturias, Ibias, está prácticamente rodeado por el desastre paisajístico que dejaron las minas. No estoy juzgando, estoy describiendo.
Ahora quedan más perros que personas. La pista no tiene salida y el pueblo ya se verá.
Villarín, en el lejano oeste de Asturias, Ibias, está prácticamente rodeado por el desastre paisajístico que dejaron las minas. No estoy juzgando, estoy describiendo.
Ahora quedan más perros que personas. La pista no tiene salida y el pueblo ya se verá.