05-17-2017, 02:50 PM
Ostras, ostras, ostrassss!!!!!
Que ya estamos a menos de un mes y yo con estos pelos....
Que en 4 semanas ya nos ponemos en marcha....
Qué nervios por Dios!!
Es que, como dice sabiamente mi mujer, somos como niños, igual que niños si no fuera por la diferencia de precio de nuestros juguetes, con los ellos.
Y es que este viaje tiene algo especial, es una sensación extraña y agradable a la vez. Una parte de mí quiere volver hacia atrás, recuperar recuerdos perdidos en la memoria, viajes que se habían diluido en el tiempo y ahora se asoman a la ventana con una pátina de nostalgia. Y cruzaré la península pilotando la Zephyr que no me pude comprar, una de aquellas japonesas inasequibles cuando me peleaba con una destartalada Ducati 350 que se paraba cuando caían 4 gotas, hasta que pude estrenar mi primera moto. Mientras eso pasaba, veía las lujuriosas Kawasaki 650 de 4 cilindros, con sus escapes, sus cromados, que venían del otro lado de los Pirineos, y oía sus 4 en uno aullando, y yo me quedaba embobado mirando y remirando cada detalle, cada tornillo niquelado.
Pues bueno, que ya lo veo más cerca... que ya tengo la ruta mirada y estudiada mil veces, que aunque no será la primera vez que voy de excursión por esos mundos de Dios (cualquiera podría pensar que me voy al fin del mundo), es como la primera vez de algo, simplemente emocionante.
Que ya estamos a menos de un mes y yo con estos pelos....
Que en 4 semanas ya nos ponemos en marcha....
Qué nervios por Dios!!
Es que, como dice sabiamente mi mujer, somos como niños, igual que niños si no fuera por la diferencia de precio de nuestros juguetes, con los ellos.
Y es que este viaje tiene algo especial, es una sensación extraña y agradable a la vez. Una parte de mí quiere volver hacia atrás, recuperar recuerdos perdidos en la memoria, viajes que se habían diluido en el tiempo y ahora se asoman a la ventana con una pátina de nostalgia. Y cruzaré la península pilotando la Zephyr que no me pude comprar, una de aquellas japonesas inasequibles cuando me peleaba con una destartalada Ducati 350 que se paraba cuando caían 4 gotas, hasta que pude estrenar mi primera moto. Mientras eso pasaba, veía las lujuriosas Kawasaki 650 de 4 cilindros, con sus escapes, sus cromados, que venían del otro lado de los Pirineos, y oía sus 4 en uno aullando, y yo me quedaba embobado mirando y remirando cada detalle, cada tornillo niquelado.
Pues bueno, que ya lo veo más cerca... que ya tengo la ruta mirada y estudiada mil veces, que aunque no será la primera vez que voy de excursión por esos mundos de Dios (cualquiera podría pensar que me voy al fin del mundo), es como la primera vez de algo, simplemente emocionante.