06-21-2017, 09:22 AM
Buenos días a todossss!
Ya estamos en casa, ya hemos hecho, en mi caso 2.818 km., ya está todo dentro del orden que se espera estén las cosas y ya puedo guardar en la memoria una agradable experiencia.
Ahí va el relato de la primera etapa.
Hicimos el viaje Desi, con su 550 y yo con mi 750. Estuve preparando el viaje casi un mes antes, la ruta, los diferentes itinerarios, las paradas para repostar la moto y el piloto, y cada vez que lo comentaba con Desi me lo cambiaba: Andreu, mira esta variante y si en vez de ir por aquí vamos por allí nos ahorramos no sé cuantos kilómetros, y si en vez de esa carretera cogemos esa otra pasaremos por un valle, no sé qué, y si.... etc. etc.... Estuvimos en contacto por WhatsApp mientras preparaba la ruta, nos vimos quince días antes de la salida para acabar de ultimar detalles, y ¿qué pasó? pues otro cambio de ruta. He imprimido un montón de itinerarios, los llevaba ordenados y numerados por etapas, con espacios en blanco para añadir notas. Bien, pues no sirvió de nada. Desi tiene una extraña enfermedad que consiste en hacer una ruta más o menos fácil en una especie de "¿dónde esta Willi?". Willi, claro está, soy yo que no tengo ni idea por donde vamos ni hacia donde vamos. La víspera de la partida confirmamos que nos encontraríamos en la gasolinera de El Bruc, al alba, como en las ejecuciones de las películas. Yo saldría de casa a las 05.30, avisaría a Desi y me pondría en marcha para llegar sobre las 06.00 al lugar de encuentro. Él tardaría en llegar desde su casa unos 15 minutos. Y por fín nos encontramos. Teníamos por delante unos 650 km. hasta Fernán Caballero, 10 km. al norte de Ciudad Real. ¿Qué pasó para que cuando llegamos a nuestro destino el cuenta kilómetros marcara exactamente 900,00 km.? Una hipotenusa tuvo la culpa. Sí, una extraña hipotenusa hizo que la distancia recorrida aumentara considerablemente. En principio teníamos que hacer el mismo camino que nos llevó a Ademús y en Libros hacer una ruta recta hacia el sur, uno de los catetos, para llegar hasta Utiel, donde giraríamos hacia la derecha, el otro cateto, por la autovía que yendo hacia el oeste nos llevaría hasta nuestro destino sin tener que tomar ningún desvío más. Y fue entonces cuando entró en escena la temible hipotenusa, que te abduce y te sumerge en otra dimensión de la que cuesta salir. Desi me convenció sobre aquello de que la distancia más corta ente dos puntos es la línea recta y que en un triángulo rectángulo la hipotenusa es más corta que la suma de los dos catetos, peeero, cuando llevábamos 40 cruces de pueblos, 20 desvíos de carreteras y el sol en vez de tenerlo por delante lo teníamos siempre por detrás y aparecían, de vez en cuando, indicaciones que nos marcaban a Utiel, estaba claro que algo no estaba saliendo como estaba previsto. Pero Desi enchufado con su ratoncillo ruidoso, que por cierto anda mucho, aunque le hacia señales para que parase y revisar el laberinto por donde nos habíamos metido, no me respondía otra cosa que "tu pa'lante". Al final paramos y me dice: "Me estás haciendo dudar, no estoy seguro si vamos bien". Fue muy buena su respuesta... me estás haciendo dudar!!!. Cuando le expliqué mi teoría sobre el movimiento aparente del Sol, que exactamente íbamos en dirección opuesta, me suelta: "Ah bueno pues cogemos el próximo desvío y ya nos llevará a la carretera no sé qué que nos conducirá a no sé donde y ya está". Lo del próximo desvío y la carretera no sé qué, que yo no recuerdo, él los tenía muy claro. Y efectivamente, nos pusimos en el camino correcto y llegamos, rotos, fundidos, a Fernán Caballero, donde teníamos reservada habitación y donde nos trataron muy amablemente. Solo fueron 900 km. en un día de calor, "por la terrible estepa castellana, polvo sudor y hierro, el Cid cabalga". Si cambiamos al Cid por Desi y Andreu, nos vale lo del polvo, el sudor, y también cabalgamos en nuestros hierros.
Ya estamos en casa, ya hemos hecho, en mi caso 2.818 km., ya está todo dentro del orden que se espera estén las cosas y ya puedo guardar en la memoria una agradable experiencia.
Ahí va el relato de la primera etapa.
Hicimos el viaje Desi, con su 550 y yo con mi 750. Estuve preparando el viaje casi un mes antes, la ruta, los diferentes itinerarios, las paradas para repostar la moto y el piloto, y cada vez que lo comentaba con Desi me lo cambiaba: Andreu, mira esta variante y si en vez de ir por aquí vamos por allí nos ahorramos no sé cuantos kilómetros, y si en vez de esa carretera cogemos esa otra pasaremos por un valle, no sé qué, y si.... etc. etc.... Estuvimos en contacto por WhatsApp mientras preparaba la ruta, nos vimos quince días antes de la salida para acabar de ultimar detalles, y ¿qué pasó? pues otro cambio de ruta. He imprimido un montón de itinerarios, los llevaba ordenados y numerados por etapas, con espacios en blanco para añadir notas. Bien, pues no sirvió de nada. Desi tiene una extraña enfermedad que consiste en hacer una ruta más o menos fácil en una especie de "¿dónde esta Willi?". Willi, claro está, soy yo que no tengo ni idea por donde vamos ni hacia donde vamos. La víspera de la partida confirmamos que nos encontraríamos en la gasolinera de El Bruc, al alba, como en las ejecuciones de las películas. Yo saldría de casa a las 05.30, avisaría a Desi y me pondría en marcha para llegar sobre las 06.00 al lugar de encuentro. Él tardaría en llegar desde su casa unos 15 minutos. Y por fín nos encontramos. Teníamos por delante unos 650 km. hasta Fernán Caballero, 10 km. al norte de Ciudad Real. ¿Qué pasó para que cuando llegamos a nuestro destino el cuenta kilómetros marcara exactamente 900,00 km.? Una hipotenusa tuvo la culpa. Sí, una extraña hipotenusa hizo que la distancia recorrida aumentara considerablemente. En principio teníamos que hacer el mismo camino que nos llevó a Ademús y en Libros hacer una ruta recta hacia el sur, uno de los catetos, para llegar hasta Utiel, donde giraríamos hacia la derecha, el otro cateto, por la autovía que yendo hacia el oeste nos llevaría hasta nuestro destino sin tener que tomar ningún desvío más. Y fue entonces cuando entró en escena la temible hipotenusa, que te abduce y te sumerge en otra dimensión de la que cuesta salir. Desi me convenció sobre aquello de que la distancia más corta ente dos puntos es la línea recta y que en un triángulo rectángulo la hipotenusa es más corta que la suma de los dos catetos, peeero, cuando llevábamos 40 cruces de pueblos, 20 desvíos de carreteras y el sol en vez de tenerlo por delante lo teníamos siempre por detrás y aparecían, de vez en cuando, indicaciones que nos marcaban a Utiel, estaba claro que algo no estaba saliendo como estaba previsto. Pero Desi enchufado con su ratoncillo ruidoso, que por cierto anda mucho, aunque le hacia señales para que parase y revisar el laberinto por donde nos habíamos metido, no me respondía otra cosa que "tu pa'lante". Al final paramos y me dice: "Me estás haciendo dudar, no estoy seguro si vamos bien". Fue muy buena su respuesta... me estás haciendo dudar!!!. Cuando le expliqué mi teoría sobre el movimiento aparente del Sol, que exactamente íbamos en dirección opuesta, me suelta: "Ah bueno pues cogemos el próximo desvío y ya nos llevará a la carretera no sé qué que nos conducirá a no sé donde y ya está". Lo del próximo desvío y la carretera no sé qué, que yo no recuerdo, él los tenía muy claro. Y efectivamente, nos pusimos en el camino correcto y llegamos, rotos, fundidos, a Fernán Caballero, donde teníamos reservada habitación y donde nos trataron muy amablemente. Solo fueron 900 km. en un día de calor, "por la terrible estepa castellana, polvo sudor y hierro, el Cid cabalga". Si cambiamos al Cid por Desi y Andreu, nos vale lo del polvo, el sudor, y también cabalgamos en nuestros hierros.
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