Después de rodar, algo apurados, por el valle de Babia lo metí por el collado de Aralla y tras pasar el túnel nos despedimos a la vista del alucinante Valle de Arbás.
Mi viaje de vuelta tuvo de todo. Bueno y malo.
Una suave temperatura y rodar a todo gas por la pista minera entre el verde de la hierba, el amarillo de los árboles y el deep purple del cielo.
En León el frío empezó a apretar y en La Bañeza tuve que parar. Parar o morir y entre medias una meadita no sin dificultades (ya me entendéis... no tenía unas pinzas ni el pie de rey a mano)
Después de comer por 8€ en Aldea del Cano, Cáceres (siempre paro ahí, en el Bar Las Vegas) me encuentro con esto.... glups!! Y ahora qué?, y a medio camino de casa, unos 450 kilómetros, aún... Vaya panorama!!
Encomendándome a San Lazaro voy con calma hasta Mérida. Confiando en mi suerte, en mi Kawa y en el dios del Innermotorbiking, que aprieta sin ahogar y premia a los valientes.
Al menos, gracias a mi costumbre de viajar entre semana encontré en motos Juan Luis, Mérida, una solución al problema. Bueno, dos en realidad.
Ciento treinta y cinco pavos y una noche de hotel hasta que llegara una goma 140/70/18 ó cuarenta por una 160 de segunda mano que encontraron en un rincón.
Yo lo tenía claro.
On the road again y con la hora pegada al culo. Ólvidate de llegar de día.
La luz se fue e hice 300 kilómetros de noche pero la temperatura era muy suave y rendí viaje sano, salvo y rendido.
Gracias, majo. Te has ganado un velón de a kilo.
Mi viaje de vuelta tuvo de todo. Bueno y malo.
Una suave temperatura y rodar a todo gas por la pista minera entre el verde de la hierba, el amarillo de los árboles y el deep purple del cielo.
En León el frío empezó a apretar y en La Bañeza tuve que parar. Parar o morir y entre medias una meadita no sin dificultades (ya me entendéis... no tenía unas pinzas ni el pie de rey a mano)
Después de comer por 8€ en Aldea del Cano, Cáceres (siempre paro ahí, en el Bar Las Vegas) me encuentro con esto.... glups!! Y ahora qué?, y a medio camino de casa, unos 450 kilómetros, aún... Vaya panorama!!
Encomendándome a San Lazaro voy con calma hasta Mérida. Confiando en mi suerte, en mi Kawa y en el dios del Innermotorbiking, que aprieta sin ahogar y premia a los valientes.
Al menos, gracias a mi costumbre de viajar entre semana encontré en motos Juan Luis, Mérida, una solución al problema. Bueno, dos en realidad.
Ciento treinta y cinco pavos y una noche de hotel hasta que llegara una goma 140/70/18 ó cuarenta por una 160 de segunda mano que encontraron en un rincón.
Yo lo tenía claro.
On the road again y con la hora pegada al culo. Ólvidate de llegar de día.
La luz se fue e hice 300 kilómetros de noche pero la temperatura era muy suave y rendí viaje sano, salvo y rendido.
Gracias, majo. Te has ganado un velón de a kilo.