Se acabó la Matallanada 2021.
Total éxito de organización y público. Habría que mejorar el presunto guía local, experto en "torrectos" pero con dejarlo el último mientras sigue mirando el móvil se puede dar por collejeado.
El Rancho Canadá es una finca inmensa de unos 3000 acres con un espíritu westerncountryhippierrocanrolero y muy biker friendly.
Había caballos sueltos junto a mi tienda por la noche (o lo soñé, no se), perros y gallinas en total libertad despertandote nada más amanecer, es decir, en cuanto apagaban la música y dejaban de sonar los CCR a eso de las cuatro de la mañana.
Rocío lleva todo a las espaldas sin pestañear, sin estreses y con ese espíritu de "ya haremos cuentas" o "por acampar no te voy a cobrar"
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Hemos pasado bastante frío, para qué mentir, y el tiempo ha estado siempre o amenazando agua o lloviendo en los pasos de montaña, que han sido unos cuantos.
Puerto Cerredo a las tantas del viernes.
Puerto de San Lorenzo, puerto de Somiedo, puerto de Ventana, collado de Arbás y collado de Aralla el sábado.
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El tiempo podía haberse enrollado mejor pero, vaya, pudo estar peor. Vino a despejarse el domingo con la despedida como disculpándose o compensándonos por haber aguantado el tirón.
Pero es que había ganas, muchas ganas de Zephyrada, y así se aguantan bien los inconvenientes del clima norteño al que vencimos a base de calidez y buen rollo.
Había ganas de ver caras queridas, necesidad de recuperar el tiempo perdido, de estrechar manos que casi perdemos y de, sin entrar en detalles, alegrarnos de estar ahí tras muchos meses durísimos. Cada uno sabe el esfuerzo que ha hecho por acudir y lo que le espera al volver. Al menos durante un fin de semana el mundo pareció funcionar de nuevo
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Ejem, ejem.
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Total éxito de organización y público. Habría que mejorar el presunto guía local, experto en "torrectos" pero con dejarlo el último mientras sigue mirando el móvil se puede dar por collejeado.
El Rancho Canadá es una finca inmensa de unos 3000 acres con un espíritu westerncountryhippierrocanrolero y muy biker friendly.
Había caballos sueltos junto a mi tienda por la noche (o lo soñé, no se), perros y gallinas en total libertad despertandote nada más amanecer, es decir, en cuanto apagaban la música y dejaban de sonar los CCR a eso de las cuatro de la mañana.
Rocío lleva todo a las espaldas sin pestañear, sin estreses y con ese espíritu de "ya haremos cuentas" o "por acampar no te voy a cobrar"
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Hemos pasado bastante frío, para qué mentir, y el tiempo ha estado siempre o amenazando agua o lloviendo en los pasos de montaña, que han sido unos cuantos.
Puerto Cerredo a las tantas del viernes.
Puerto de San Lorenzo, puerto de Somiedo, puerto de Ventana, collado de Arbás y collado de Aralla el sábado.
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El tiempo podía haberse enrollado mejor pero, vaya, pudo estar peor. Vino a despejarse el domingo con la despedida como disculpándose o compensándonos por haber aguantado el tirón.
Pero es que había ganas, muchas ganas de Zephyrada, y así se aguantan bien los inconvenientes del clima norteño al que vencimos a base de calidez y buen rollo.
Había ganas de ver caras queridas, necesidad de recuperar el tiempo perdido, de estrechar manos que casi perdemos y de, sin entrar en detalles, alegrarnos de estar ahí tras muchos meses durísimos. Cada uno sabe el esfuerzo que ha hecho por acudir y lo que le espera al volver. Al menos durante un fin de semana el mundo pareció funcionar de nuevo
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Ejem, ejem.
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