Kedada Este 2021

[Andreu Benito]

Hola a todos!
Las fotos las pondrá Irus que es el maestro reportero gráfico por excelencia. Yo solo escribo un poco como fue el viaje.
Teníamos preparada la ruta desde hacía varios días y quedamos Joan, Tony, Mauri, Cristian y un servidor que el punto de encuentro iba a ser Castelldefels. Como Cristian vive a 200 km durmió en mi casa para ahorrarse un madrugón. Tony fue el que tuvo que levantarse más temprano porque su casa y Castelldefels están a casi una hora de viaje. Joan está muy cerca y Mauri... bueno Mauri está cerca en distancia pero acostumbra a estar lejos en el tiempo. Ahora que no me oye os diré que siempre llega tarde, aunque él no lo crea y a pesar de las veces que se lo decimos.
Quedamos a las 07,00 horas, aun negra noche, en una granja-cafetería para tomar un café y a las 7,30 horas estar en marcha. La idea era repostar todos a la vez, coger la carretera de las costas del Garraf, que va bordeando durante casi 18 km. el mar, mientras va amaneciendo y ver la salida del sol por el horizonte, en medio del mar. Bien, ese era el plan pero llegamos a pensar que la lluvia y las nubes que aparecieron nada más arrancar las motos nos acompañarían durante la mañana y nos aguarían, nunca mejor dicho, la fiesta. Pero por suerte, las nubes densas y negras empezaron a disiparse y cuando enfilamos las primeras rampas de la carretera, el cielo se iba aclarando y de repente, en una de las curvas a izquierdas, de cara al mar, ahí estaba un sol rojo, resplandeciente, surgiendo del horizonte como una bola de fuego iluminándolo todo. Lástima de no haber parado y haber hecho la foto de rigor con las Zephyr en alguno de los miradores elevados que hay en la carretera, recortándose sobre el mar y el sol rompiendo las nubes negras que intentaban taparlo.
Seguimos nuestro camino y enlazamos con la autopista que nos llevaría hasta Reus, al sur de Tarragona, con la falsa creencia que no habría que pagar por usarla. Pero no fue así, todavía queda un tramo que nos sableó unos 4 euros.
Después de unos 90 km. paramos en Riudecols, en un bar a pie de carretera donde se puede comer un bocadillo caliente y en donde habíamos quedado con un antiguo zephyrero para desayunar juntos. Comimos nuestros bocadillos y a Mauri le alegraron el día cuando un conductor de autocar le dijo que su moto era la más bonita de todas las que había allí. Proseguimos nuestro viaje después de mandar un WhatsApp al grupo de Catalunya y a Jameson para que supieran por donde íbamos. En ese mismo sitio pararía Carolo para desayunar poco después. Mientras desayunábamos en la terraza vimos pasar, rodando por la carretera, a los participantes del Rally Catalunya que hacían el desplazamiento fuera de competición hasta el tramo cronometrado siguiente. Los coches eran tan espectaculares como descerebrados algunos de sus pilotos, en concreto los del equipo Skoda que nos adelantaron a nosotros, un coche que a su vez adelantaba un tractor y a punto estuvo de estrellarse contra unos matorrales que había en la cuneta. Toda esta maniobra la hicieron ignorando la línea continua que separaba los dos sentidos de la marcha.
Ya estábamos en la N-420, una carretera que parece estar hecha para disfrutar con la Zephyr, pocos coches, buen asfalto y curvas amplias con buena visibilidad. A medida que pasaban las horas bajaba la temperatura y Mauri, siempre elegante a su manera se nos iba enfriando cada vez más hasta que, antes de coger la carretera que nos llevaría hasta Morella, empezó a temblar y, cuando paramos, se puso todas las camisetas que llevaba y unos pantalones de agua para no morir de hipotermia. Seguimos haciendo kilómetros y nos encontramos con Carolo poco antes de llegar a Morella. Llegamos a una de las puertas de entrada al interior de la muralla y nos topamos con un letrero que prohibía la entrada a vehículos no autorizados. Pero claro, ¿cómo íbamos a dejar las motos fuera de nuestra vista?. Total que pregunté a un señor que entraba con su coche si habría algún problema si entrábamos con las Zephyr y me dijo que podríamos pasar, que por 6 motos no tendría que haber problemas. Así que con la autorización moral de un vecino que pasaba por allí, aparcamos cerca de un bar y comimos, creo que bien., Después de un corto paseo pusimos rumbo a Mora de Rubielos donde llegamos de los primeros mientras Ralf y compañía esperaban a que abrieran la carretera.
Después, empezasteis a llegar, cada uno explicando sus batallitas, cada uno con su aventura particular del viaje.
Ahora Joan, Toni y Carolo que vayan poniendo fotos.