Jaime, no disimules. El tercero eras tú.
Yongüein, si sólo son los cojinetes no será muy grave.
Por la tarde empezaron a llegar unos cuantos Zephyreros más.
Victor decidió intervenir para arreglar el problema que teníamos. Con una escasez de medios y ayudado por Andreu, desmontaron primero la bateria de carburadores y la cuba del cuarto carburador pues tenía la aguja agarrotada. Se hizo un arreglo provisional, pero os aseguro que llego a casa consumiendo menos y funcionando mejor de lo que salió.
La tarde del viernes también fue lluviosa, pero amaneció con Sol pero con muchas neblinas. El lugar de la celebración de la Zephyrada se encontraba en un enclave privilegiado.
Dejamos a Cristian en la habitación del albergue maldiciéndonos por no dejarle dormir e hicimos un paseo por los alrededores.
A las 10:00 de la mañana empezó la ruta de la Zephyrada preparada por los tres Zephyreros gallegos entrando a Portugal por la antigua frontera.
En éste pequeño pueblecito de Portugal hicimos una parada técnica.
En el primer tramo de la ruta, me puse al final del grupillo de las Zephyr junto a Txema que hacía de moto escoba. Esperando a Enrique, que ya conozco de otras Zephyradas y que la rapidez no es su virtud, nos quedamos los tres descolgados del grupo y llegamos unos 25 minutos antes de la otra parada en Xinzo de Limia. Cómo dice el refran: "no hay mal que por bien no venga", aproveché el tiempo para hacer un curso acelerado de pulpo a la gallega con el dueño del Hotel Restaurante Antela (que también es motero) y me pedí un pulpo a la gallega auténtico, no de pulpo de Marruecos.
Los tres anfitriones tuvieron el detallazo de encargar por su cuenta una empanada gallega brutal y otra tarta que lamento no recordar el nombre. Muchas gracias.
Yongüein, si sólo son los cojinetes no será muy grave.
Por la tarde empezaron a llegar unos cuantos Zephyreros más.
Victor decidió intervenir para arreglar el problema que teníamos. Con una escasez de medios y ayudado por Andreu, desmontaron primero la bateria de carburadores y la cuba del cuarto carburador pues tenía la aguja agarrotada. Se hizo un arreglo provisional, pero os aseguro que llego a casa consumiendo menos y funcionando mejor de lo que salió.
La tarde del viernes también fue lluviosa, pero amaneció con Sol pero con muchas neblinas. El lugar de la celebración de la Zephyrada se encontraba en un enclave privilegiado.
Dejamos a Cristian en la habitación del albergue maldiciéndonos por no dejarle dormir e hicimos un paseo por los alrededores.
A las 10:00 de la mañana empezó la ruta de la Zephyrada preparada por los tres Zephyreros gallegos entrando a Portugal por la antigua frontera.
En éste pequeño pueblecito de Portugal hicimos una parada técnica.
En el primer tramo de la ruta, me puse al final del grupillo de las Zephyr junto a Txema que hacía de moto escoba. Esperando a Enrique, que ya conozco de otras Zephyradas y que la rapidez no es su virtud, nos quedamos los tres descolgados del grupo y llegamos unos 25 minutos antes de la otra parada en Xinzo de Limia. Cómo dice el refran: "no hay mal que por bien no venga", aproveché el tiempo para hacer un curso acelerado de pulpo a la gallega con el dueño del Hotel Restaurante Antela (que también es motero) y me pedí un pulpo a la gallega auténtico, no de pulpo de Marruecos.
Los tres anfitriones tuvieron el detallazo de encargar por su cuenta una empanada gallega brutal y otra tarta que lamento no recordar el nombre. Muchas gracias.