10-14-2016, 12:00 PM
Hola a todos.
El maestro Ralf tiene razón. Está muy bien hacer un paréntesis -si es posible y con ello no dejamos de lado nuestras verdaderas e intransferibles responsabilidades- en nuestra vida cotidiana y buscar ese pequeño espacio para estar a solas contigo mismo mientras cabalgas a lomos de tu Zephyr. A mí me encanta sentirme confortado dentro de mi casco, con el barbour, que te abriga pero que deja sentir la fuerza del viento en el cuerpo, oír el motor como va haciendo su trabajo mientras te impulsa por una carretera que apenas se dibuja con una línea fina de asfalto. Y mientras me desplazo por la carretera también me pierdo por mi interior y recupero sensaciones archivadas desde hacía mucho tiempo. Vas acompañado de tus compañeros de viaje y al mismo tiempo de tus pensamientos y cuando haces un alto para dar de beber a tu montura y descansar un momento tienes esa oportunidad de compartir, en vivo y en directo, tus sensaciones con los que hacen ese mismo camino, cada uno con sus pensamientos, cada uno con sus emociones. Después, vuelves a acoplarte a tu asiento, pones en marcha tu moto y vuelves a la danza cadenciosa: acelerar, cambiar de marcha, trazar la curva. Van pasando las horas y ves como tu sombra va girando en torno a la silueta que formas con tu moto y así, enlazando curvas, notando cuando aceleras, cuando ves el horizonte siempre tan lejos, te sientes un poquito más feliz.
Es que ayer fue mi cumpleaños, 62 como quien no quiera la cosa, y puede que me deje ir como si pensara en voz alta.
Salut.
El maestro Ralf tiene razón. Está muy bien hacer un paréntesis -si es posible y con ello no dejamos de lado nuestras verdaderas e intransferibles responsabilidades- en nuestra vida cotidiana y buscar ese pequeño espacio para estar a solas contigo mismo mientras cabalgas a lomos de tu Zephyr. A mí me encanta sentirme confortado dentro de mi casco, con el barbour, que te abriga pero que deja sentir la fuerza del viento en el cuerpo, oír el motor como va haciendo su trabajo mientras te impulsa por una carretera que apenas se dibuja con una línea fina de asfalto. Y mientras me desplazo por la carretera también me pierdo por mi interior y recupero sensaciones archivadas desde hacía mucho tiempo. Vas acompañado de tus compañeros de viaje y al mismo tiempo de tus pensamientos y cuando haces un alto para dar de beber a tu montura y descansar un momento tienes esa oportunidad de compartir, en vivo y en directo, tus sensaciones con los que hacen ese mismo camino, cada uno con sus pensamientos, cada uno con sus emociones. Después, vuelves a acoplarte a tu asiento, pones en marcha tu moto y vuelves a la danza cadenciosa: acelerar, cambiar de marcha, trazar la curva. Van pasando las horas y ves como tu sombra va girando en torno a la silueta que formas con tu moto y así, enlazando curvas, notando cuando aceleras, cuando ves el horizonte siempre tan lejos, te sientes un poquito más feliz.
Es que ayer fue mi cumpleaños, 62 como quien no quiera la cosa, y puede que me deje ir como si pensara en voz alta.
Salut.