Hombre, el metano intestinal y la flama no hacen buenas migas, pero acuérdate que Iván dormía en el saco con la capucha puesta y la cremallera hasta el gaznate. En realidad esa noche el mayor peligro fue el salir a cagar en la oscuridad en último lugar sin saber dónde lo habían hecho los otros... Hubiera preferido desprenderme de otro peso que no fueran las chanclas, la verdad




