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CUENCA, JUNIO 2011
#16
Tras pasarlo estupendamente rodando de Cuenca a Albarracin el sábado con los demás, el domingo tocaba la vuelta.

Hice los primeros 150 kilómetros hasta Villarrobledo sin problemas aunque bajo un calor que ya de buena mañana apretaba y que prometía ser asfixiante. Creo que nunca he conducido entre tal cantidad de insectos. Su número era tal que pese al calor lo más cómodo era llevar el cuero puesto y la visera del casco bajada.


La moto cubierta, más que de restos de abejorro, de lo que parecen restos de ensaladilla rusa. Auténticas piezas de caza mayor

[Imagen: foto1782.jpg]




El motor con el aceite más denso que utilicé en el último cambio al menos se veía limpio. Bueno, más que limpio, todo es discutible, se veía seco.

Esta mancha es vieja.

[Imagen: foto1783.jpg]
[Imagen: foto1784.jpg]

Rodé sin incidentes hasta que perdí la ruta en Villarrobledo y me empeñé en seguir por carreteras locales que no fui capaz de encontrar hasta después de una hora y unos cincuenta kilómetros de circular absolutamente desorientado y sin nadie a quien preguntar.

Empecé a ir corto de tiempo. Me esperaban en Granada a la hora de comer y no iba a llegar. Pasé Alcaraz y crucé la sierra por el puerto de Las Crucetas (no confundir con Las Crucetillas) y fui a dar a Siles. Allí comienza la carretera que atraviesa Cazorla y va paralela al rio Guadalquivir.

[Imagen: foto1767.jpg]

Calor y chicharras.



El camino de Siles a Cazorla (salida por el sur del parque) era largo pero esperaba que el circular siguiendo siempre la orilla del embalse del Tranco lo hiciera, al menos, ameno. Pero la carretera tendrá cerca de 100 kilómetros de curvas, es estrecha y las autocaravanas abundan. Son muy difíciles de adelantar y te las encuentras de frente, ocupando toda la vía, a la salida de las curvas.

Siempre circulas entre árboles y el verde esmeralda y azul turquesa del embalse no lo ves más que a ratitos y mejor sólo con el rabillo del ojo si no quieres tener un susto.

[Imagen: foto1770.jpg]


En un punto la carretera pasa por encima de la presa misma y la circulación esta regulada por un semáforo. Ahí me dio tiempo (ya iba parando lo menos posible) a sacar dos fotos más.

[Imagen: foto1772b.jpg]
[Imagen: foto1771.jpg]


Las dos o tres paradas técnicas que tuve que hacer me dieron la impresión de un Benidorm de agua dulce. Mucha chancleta y motores de dos tiempos por todas partes.

Un poco antes del final, ya llegando a Cazorla, la carreter se empina y tras una revueltas el paisaje se expande y el valle del Guadalquivir aparece en toda su magnificencia. Hemos ganado altura y desde ahí la vista se pierde en el infinito entre farallones casi verticales.

Llego a Cazorla y salgo del parque.

[Imagen: foto1774.jpg]
[Imagen: foto1775.jpg]

Seguro que tengo la Zephyr más fotografiada de la historia.

[Imagen: foto1776.jpg]


Después de los bosques y montes de Cazorla, el escenario cambia y, en el crepúsculo, vuelvo a atravesar el olivar centenario.

[Imagen: foto1777.jpg]


La certeza de que ya me era imposible llegar a mi cita y el dejar atrás la conducción tensa y nada placentera por Cazorla me hizo perder la prisa, relajarme y aprovechar la última luz para tirar alguna foto más.

[Imagen: foto1778.jpg]


Al final me alcanzó la noche en la provincia de Granada.

[Imagen: foto1779.jpg]
[Imagen: foto17802.jpg]


Yo me metí gozoso en su frescor en un descenso rapídisimo hasta la costa, sumergido en la oscuridad durante 250 kilómetros de autopista hasta mi casa.

En las tinieblas exprimí con total confianza el poderío de mi viejo motor. Las luces verdes de los relojes contrastaban con los cientos de puntos rojos y blancos entre los que parecía moverme, deslizarme, flotar sin esfuerzo aparente. La maquina respondía, inmediatamente y con rabia, a cualquier giro de la muñeca o, dulce y sensualmente, a la menor insinuación de mis caderas. Supongo que nadar en las profundidades abisales entre sus seres luminiscentes e irreales daría una sensación parecida.

LLegué a la una y media de la mañana, mi mujer me esperaba despierta y su primera pregunta fue: ¿A que no has comido?

Sólo había tomado media botella de agua y una cocacola en todo el día. No necesité nada más.
[Imagen: brindisAS.gif]
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