07-11-2015, 11:52 PM
En Jaca ya se me hizo de noche pero antes pude aprovechar las últimas luces en los Mallos de Riglos.
En algún lugar de la mala carretera de Anzánigo a Jaca había perdido el mapa y una botella sin empezar de 10/40 que si había pagado a 14€ en Sádaba, pagué a 19,99 en Jaca.
Estaba a partes iguales deseando llegar y deseando no conducir más ese día. Dani me casi me pidió que no condujera de noche (porque sonó más como un ruego que como un consejo... eso te honra). Me avisó de que hasta podía encontrarme con jabalís por la carretera a esas horas pero yo había hablado hacía tres horas desde Loarre con Merche, la señora del camping y me había asegurado que me esperaría despierta.
Eran las 11 de la noche. Preguntando me dijeron que la carretera a Saravillo no era malota y eso acabó de decidirme.
No andabas muy desencaminado, amigo. Algo se cruzó en el camino de la Kawasaki llegando a Ainsa pero el tamaño era el de un perro y la peor parte se la llevó el pobre bicho.
Llegué a sobre la medianoche al camping y deje la moto con sus coleguitas germanas para que hablaran de sus cosas.
Merche, con buen criterio, me ofreció un colchón en vez de sitio para la tienda.
Y aún tuve tiempo para tomar algo con Helmutt the Boss Baske
En algún lugar de la mala carretera de Anzánigo a Jaca había perdido el mapa y una botella sin empezar de 10/40 que si había pagado a 14€ en Sádaba, pagué a 19,99 en Jaca.
Estaba a partes iguales deseando llegar y deseando no conducir más ese día. Dani me casi me pidió que no condujera de noche (porque sonó más como un ruego que como un consejo... eso te honra). Me avisó de que hasta podía encontrarme con jabalís por la carretera a esas horas pero yo había hablado hacía tres horas desde Loarre con Merche, la señora del camping y me había asegurado que me esperaría despierta.
Eran las 11 de la noche. Preguntando me dijeron que la carretera a Saravillo no era malota y eso acabó de decidirme.
No andabas muy desencaminado, amigo. Algo se cruzó en el camino de la Kawasaki llegando a Ainsa pero el tamaño era el de un perro y la peor parte se la llevó el pobre bicho.
Llegué a sobre la medianoche al camping y deje la moto con sus coleguitas germanas para que hablaran de sus cosas.
Merche, con buen criterio, me ofreció un colchón en vez de sitio para la tienda.
Y aún tuve tiempo para tomar algo con Helmutt the Boss Baske