10-22-2014, 09:02 PM
El fin de semana anterior yo debería de haber acompañado a IváNX en su viaje a Madrid pero cayó la que cayó así que pospusimos el viaje y salimos a la semana siguiente a la misma hora pero separados y con destinos diferentes con la intención de cruzar caminos a la vuelta y volver juntos.
Cuando salí a las seis de la mañana me las prometía muy felices porque la temperatura era estupenda pero en cuanto abandoné la cercanía de la costa y me metí en Granada la niebla no me abandonó y tuve que conducir toda la provincia (y es larga) limpiándome la visera con una mano mientras sujetaba el manillar con la otra.
En Loja paré a repostar y a renegar un rato del foro, de las quedadas del foro y de la madre que los parió.
Estaba claro que lo de subir a Sierra Nevada iba a tener que esperar.
En Puerto Lumbreras dejó de hacer mal tiempo y yo dejé la autovía.
Mal sitio la rambla que atraviesa el pueblo para aparcar una noche de lluvia
Dí un rodeo por la costa de Murcia y los bloques de apartamentos no me dejaron ver la Manga. Muy bonita en el mapa, eso sí.
En los dominios del Kaiser, el Puerto de la Carrasqueta, avisé a Ralf de que tenía la luz fundida. De fundida nada... el tipo no frenó en ninguna de las curvas.
Atravesamos por secundarias la provincia de Alicante por el interior y en Atzeneta d'Albaida, primer pueblo de Valencia, fue que me cargué un Seat Arosa a rodillazos. Pa' habernos matao... sobre todo yo.
La verdad es que las gentes de allí se lo tomaron muy bien y nos ofrecieron su casa para lo que nos hiciera falta y no pararon de decirme que fuera a ver al médico pero realmente, y aún me asombro, me dolió sólo unos minutos y ni siquiera se me produjo un moratón.
Ralf, amigo, gracias por el chicle...
Al final acabamos monte arriba por un carril de grava buscando un castillo que hay para dormir allí pero no lo llegamos a encontrar.
Subímos tanto que nos dimos cuenta que no haría falta esconderse demasiado para pasar la noche porque no era probable que nadie pasara por aquellas soledades una vez anochecido.
Dormimos bien gracias al cansancio, el silencio y la tranquilidad en el alma...
aunque algo ayudados por el Armañac.
La bajada es más complicada que la subida pero nos las apañamos.
En Chiva hubo que pelearse con MRW pero ganamos
Y seguimos conduciendo por carreteras de montaña hasta llegar a Segorbe sin detenernos demasiado.
Zephira... Tú te lo pierdes. :mrgreen:
La provincia de Teruel, tanto las carreteras por las que entramos Ralf y yo como las que tomé con Grac, fue la parte muy más mejor de toda la ruta con mucha diferencia.
Yo sentía que me estaban dando un regalo de buen tiempo en una época en la que no correspondía e intenté disfrutarlo por aquellas carreteras que parecían puestas allí para nosotros en exclusiva.
Atravesamos pueblos medievales, altiplanos donde medraron los dinosaurios, bosques con todos los matices posibles del verde y el amarillo y paisajes que podían pasar ya por las tierras del Lago Tana ya por valles suizos.
Volveré
Al final desde una pradera como las de Asturias, del color de la mermelada de ciruela de mi tía, divisamos Cantavieja.
Aquí fue donde Dani no pudo pegar ojo.
Dice que ronco pero la verdad será que habré soñado con Kawasakis, que no es lo mismo.
Cuando salí a las seis de la mañana me las prometía muy felices porque la temperatura era estupenda pero en cuanto abandoné la cercanía de la costa y me metí en Granada la niebla no me abandonó y tuve que conducir toda la provincia (y es larga) limpiándome la visera con una mano mientras sujetaba el manillar con la otra.
En Loja paré a repostar y a renegar un rato del foro, de las quedadas del foro y de la madre que los parió.
Estaba claro que lo de subir a Sierra Nevada iba a tener que esperar.
En Puerto Lumbreras dejó de hacer mal tiempo y yo dejé la autovía.
Mal sitio la rambla que atraviesa el pueblo para aparcar una noche de lluvia
Dí un rodeo por la costa de Murcia y los bloques de apartamentos no me dejaron ver la Manga. Muy bonita en el mapa, eso sí.
En los dominios del Kaiser, el Puerto de la Carrasqueta, avisé a Ralf de que tenía la luz fundida. De fundida nada... el tipo no frenó en ninguna de las curvas.
Atravesamos por secundarias la provincia de Alicante por el interior y en Atzeneta d'Albaida, primer pueblo de Valencia, fue que me cargué un Seat Arosa a rodillazos. Pa' habernos matao... sobre todo yo.
La verdad es que las gentes de allí se lo tomaron muy bien y nos ofrecieron su casa para lo que nos hiciera falta y no pararon de decirme que fuera a ver al médico pero realmente, y aún me asombro, me dolió sólo unos minutos y ni siquiera se me produjo un moratón.
Ralf, amigo, gracias por el chicle...
Al final acabamos monte arriba por un carril de grava buscando un castillo que hay para dormir allí pero no lo llegamos a encontrar.
Subímos tanto que nos dimos cuenta que no haría falta esconderse demasiado para pasar la noche porque no era probable que nadie pasara por aquellas soledades una vez anochecido.
Dormimos bien gracias al cansancio, el silencio y la tranquilidad en el alma...
aunque algo ayudados por el Armañac.
La bajada es más complicada que la subida pero nos las apañamos.
En Chiva hubo que pelearse con MRW pero ganamos
Y seguimos conduciendo por carreteras de montaña hasta llegar a Segorbe sin detenernos demasiado.
Zephira... Tú te lo pierdes. :mrgreen:
La provincia de Teruel, tanto las carreteras por las que entramos Ralf y yo como las que tomé con Grac, fue la parte muy más mejor de toda la ruta con mucha diferencia.
Yo sentía que me estaban dando un regalo de buen tiempo en una época en la que no correspondía e intenté disfrutarlo por aquellas carreteras que parecían puestas allí para nosotros en exclusiva.
Atravesamos pueblos medievales, altiplanos donde medraron los dinosaurios, bosques con todos los matices posibles del verde y el amarillo y paisajes que podían pasar ya por las tierras del Lago Tana ya por valles suizos.
Volveré
Al final desde una pradera como las de Asturias, del color de la mermelada de ciruela de mi tía, divisamos Cantavieja.
Aquí fue donde Dani no pudo pegar ojo.
Dice que ronco pero la verdad será que habré soñado con Kawasakis, que no es lo mismo.