05-06-2025, 01:38 PM
Hoy tocaba sacar a pasear a la Kawasaki Zephyr 1100, que llevaba meses en el garaje con el mantenedor de batería conectado. Lo primero fue comprobar el nivel de gasolina y la presión de los neumáticos. Como era de suponer estaba en reserva y a las ruedas les faltaban algunos bares, pocos, pero mejor ponerlas a tono, 2,5 delante y 2,9 detrás. El hinchador eléctrico BOSCH hizo su función a las mil maravillas y por último un poco de spray MOTUL para engrasar la cadena de la transmisión secundaria que estaba bien de tensión. Un repasillo general con un trapo y el limpiador desengrasante Las Tres Brujas acabaron de poner a la Zephyr en orden de marcha y exposición.
Tocaba repostar gasolina de 95 octanos y elegir una ruta no muy exigente, que uno ya tiene sus añucos y no se trataba de batir ningún récord. El destino fue Ramales de la Victoria, por la autovía hasta Hoznayo y después por la N-634 hasta Treto.
Bonito recuerdo del tupido túnel de grandes árboles desde Praves hasta Beranga. Luego demasiado tráfico hasta Treto donde decidí salir a la A-8 hasta la salida a la N-629 dirección Logroño. Enorme atasco desde la mitad del bonito puente de la autovía que llegó casi hasta Limpias. Después el tráfico normal de un sábado, bastante fluido y cuidando de no sobrepasar el límite de 80 km\h que ya me dio un pequeño disgusto hace un par de años el radar tramo instalado ¡ojito con el acelerador!
Ya en Ramales una cerveza sin alcohol y media ración de rabas en la terraza del bar Victorin, de mi buen amigo Tori y regreso por el puerto de Alisas. Desde la terraza vi pasar decenas de motos, la mayoría BMW’s, que luego me enteré que participaban en una prueba turístico-motera organizada en Burgos.
La moto es una maravilla de potencia, frenos, estabilidad y comodidad y me trasladó a recordar experiencias de hace más de treinta años, cuando no existía el ABS, ni el control de tracción u otras ayudas a la conducción tan habituales en la mayoría de las motos actuales. En definitiva una mañana motera disfrutando de esta maravillosa motocicleta. Habrá que repetir.
Tocaba repostar gasolina de 95 octanos y elegir una ruta no muy exigente, que uno ya tiene sus añucos y no se trataba de batir ningún récord. El destino fue Ramales de la Victoria, por la autovía hasta Hoznayo y después por la N-634 hasta Treto.
Bonito recuerdo del tupido túnel de grandes árboles desde Praves hasta Beranga. Luego demasiado tráfico hasta Treto donde decidí salir a la A-8 hasta la salida a la N-629 dirección Logroño. Enorme atasco desde la mitad del bonito puente de la autovía que llegó casi hasta Limpias. Después el tráfico normal de un sábado, bastante fluido y cuidando de no sobrepasar el límite de 80 km\h que ya me dio un pequeño disgusto hace un par de años el radar tramo instalado ¡ojito con el acelerador!
Ya en Ramales una cerveza sin alcohol y media ración de rabas en la terraza del bar Victorin, de mi buen amigo Tori y regreso por el puerto de Alisas. Desde la terraza vi pasar decenas de motos, la mayoría BMW’s, que luego me enteré que participaban en una prueba turístico-motera organizada en Burgos.
La moto es una maravilla de potencia, frenos, estabilidad y comodidad y me trasladó a recordar experiencias de hace más de treinta años, cuando no existía el ABS, ni el control de tracción u otras ayudas a la conducción tan habituales en la mayoría de las motos actuales. En definitiva una mañana motera disfrutando de esta maravillosa motocicleta. Habrá que repetir.